jueves, 16 de enero de 2014

MANIFIESTO

-LA INJUSTICIA-

La injusticia es la única cosa 
que me tortura de este mundo, 
porque en ella se agrupan y se generan 
todos los pequeños y los grandes males: 

La falta de amor,  el egoísmo,  la cobardía, 
la terrible vileza,  la violencia y el desamparo. 
Ese disfrute anormal con el dolor ajeno 
que palpa la entraña de otro ser humano 
y le produce gozo. 
El yo me cuelo,  el me lo quedo,  el te jodes. 
El ojalá que el feliz ya no lo sea. 
El tanto tienes,  ya me encargaré de quitártelo. 
Trabaja,  trabaja hombre honrado, 
que te dejaremos en la miseria. 
¿Qué te pica un ojo? Ven que te lo saco. 
Dices que quieres amor,  vamos a jugar contigo 
un rato,  que eres débil. 
¡Oh,  un rabo! ¡Hay que pisarlo! 
¿Ruedas nuevas, coche nuevo? 
¡Eso sí que no! 
¿Por dónde empezamos a rayarlo? 
La vecina se va de vacaciones y yo no, 
no me queda más remedio que echarle lejía 
a los rododendros… 
La injusticia es para el honesto,
para el que no dio mal,
para el que pagó sus impuestos,
para el que creció sano.
Para el gato por tener cola,
para él por tener una ilusión,
para ella por haber sido dotada
de unas curvas bonitas,
tan apetecibles para los que las tomaron.
Para el niño que sabía todas las
respuestas y caía demasiado infecto,
o para el pobre anciano que sólo esperaba
pasar tranquilo sus días en el sillón
donde murió ella.

La injusticia es lo que más me tortura,
me curva, me riza, me desquicia,
me hace llorar, 
nunca imaginaríais cuánto.





Nená de la Torriente