-Hipo del tirón de orejas-
(suave)
Vengo
a escucharte
en
una mocedad que no tengo
pero
mantengo en el brillo de los ojos.
Puedo
perder la cabeza
y
ser la persona más cuerda
de
este mundo,
porque
soy capaz de inventármelo
cada
día para resistirlo como un piquete
en
la boca de todos los amaneceres.
Así
que no me cuentes
que
me reconvierta a sabe Dios
que
baraja de naipes,
o
que haga esto o lo otro,
como
si tú, un niñón, tuvieras
todas
las respuestas.
Nená de la Torriente