jueves, 2 de enero de 2014

-Licencia-

Las aves en su graznido 
no sonríen, 
pero tú las ves sonreír. 
Es el misterio que nos hace salir 
de un océano sin agua, 
volar sin tener facultades 
para alcanzar altos turbadores, 
y llegar donde la imposibilidad 
tiene un nombre. 
Por eso no te des por vencido, 
perdido,  batido,  conquistado. 
Somos los que derrotan los imposibles 
con una sencilla vuelta de hoja. 
Atravesamos las grietas 
de todas las paredes 
como las sargantanas, 
deformando el cuerpo 
sin darnos cuenta;  
porque la cabeza y el corazón, 
cuando se aceptan 
en su justo peso, 
forman un equipo mirífico. 





Nená de la Torriente