no
sonríen,
pero
tú las ves sonreír.
Es
el misterio que nos hace salir
de
un océano sin agua,
volar
sin tener facultades
para
alcanzar altos turbadores,
y
llegar donde la imposibilidad
tiene
un nombre.
Por
eso no te des por vencido,
perdido, batido, conquistado.
Somos
los que derrotan los imposibles
con
una sencilla vuelta de hoja.
Atravesamos
las grietas
de todas las paredes
como
las sargantanas,
deformando
el cuerpo
sin
darnos cuenta;
porque
la cabeza y el corazón,
cuando
se aceptan
en
su justo peso,
forman
un equipo mirífico.
Nená de la Torriente