martes, 14 de enero de 2014

Podas  con exquisito pulso la letra, 
sin miedo, 
nadie está encima ni debajo. 
Lo importante: La belleza 
¿no era eso? 
La belleza es tan inmensa 
que aglutina como propio 
el llanto y la carcajada,  y 
hasta la mosca que revolotea molesta 
entre el papel y el lapicero, 
que por razones desconocidas, 
siempre ha de quedarse sin mina 
a mitad del verso. 
¿Qué estás buscando, 
la arquitectura de las letras? 
Deja a los obreros,  y ármate capitán 
de velero para cruzar todas las espumas 
azules y aquellos otros blancos,  poeta. 





Nená de la Torriente