¿Por
qué pensar que estamos
determi/dominados
hasta
el último
día de nuestras vidas?
Creo en la inocencia,
en
la capacidad de resquebra/reventar
cualquier
puerta.
Creo
en el yo me detengo,
en
el yo sigo,
en
el me doy la vuelta.
¿Qué
demiurgo va a impedir eso?
A
ella
se
le llena la boca de berruecos:
¡Os
condenaréis!
A
él
la
cabeza le da vueltas
por
una libertad absoluta,
que
es sólo un término.
Que
nos quede al menos eso,
creed
en nosotros mismos,
en
nuestra natural inocencia.
Nená
de la Torriente