-Hipo
de domingo 
26
de enero-
No
hay traductores simultáneos, 
los
despidieron cuando empezamos 
a
hablar. 
Es
difícil entender al que está enfrente 
y
fácil sacar conclusiones. 
Relatarnos
la vida como narradores 
de
una sombra desvanecida, 
salimos
del cuerpo y entramos 
tantas
veces que perdemos el norte, 
el
juicio, la humanidad. 
¿Qué
sabemos realmente,  y 
qué
no sabemos? 
Glosamos,  analizamos lo 
que
era para la sola contemplación, 
para
el mismo deleite del instante. 
Formulamos
máximas para todas las cosas, 
hasta
ponemos más y menos al amor, 
poco
y mucho,  y 
es
que convertimos la mente en un cuchillo 
que
corta las cosas en juliana, 
 con un tac, tac, tac, insoportable. 
Nená de la Torriente
