Nosotros
que estamos deshabitados
gran
parte de este tiempo,
nos
hemos encontrado.
Nosotros
que ahondamos en la memoria
de
otra gran memoria por no saber
buscarnos.
Nosotros, que estamos en el vértigo
del
sexo divisible
como
niños que empiezan.
Nosotros, que ya nadie nos baila,
que
ya no nos torean,
nos
hemos encontrado.
Nosotros
de piel de vena lenta,
de
párpado sufrido y de lo mucho callado.
Nosotros
que tanto hemos jurado y
tanto
hemos cumplido,
sabemos
con qué quedarnos.
Nosotros, que fuimos los más fuertes,
que
fuimos los más sabios y ya
no
ambicionamos.
Nosotros
que debelamos besos,
el
lenguaje del labio,
nos hemos encontrado.
Nená de la Torriente