domingo, 17 de noviembre de 2013

-hipo semidominguero-

Más deprisa, 
a la velocidad del meteoro. 
Si es que te falta cuerda y yo 
no me escondo, 
sólo soy prolífica o fértil, 
o llámame conceptiva. 
Algún imbécil me llama creativa 
que es como decir que haces piruletas. 





Pues vale imbécil soy creativa, 
además de ser fértil o conceptiva. 
¿Qué no lo entiendes? 
Yo tampoco, 
sale de un motor extraño alojado 
en el vientre,  
que me sacude cada tres minutos, 
y me callo muchos segundos,  muchos. 
Le retengo todo lo que puedo,  y 
aún más para que no lo llamen 
escritura automática 
otros gilimemos,  que de esos,  aún abundan 
más que de los de más arriba. 
Y así estoy con el estómago laxo y prieto 
como un músculo que no domino. 
Pero él me pellizca,  y me pellizca, 
y cada vez que veo algo curioso 
me retuerce y me sube un chasquido 
hasta el ombligo, 
porque es mi medidor de lo bello y lo 
horripilante, lo amorosamente transpirable, 
donde sí entregarme, 
donde en breve salir huyendo, 
y donde huele a muerto 
sin que nadie haya fallecido. 







Nená de la Torriente