y
yo que he pisado por donde pisaste ayer
somos
los nobles de esta magnífica ciudad.
Yo
que miro hacia arriba -como todos los que
llevamos
tiempo fuera-
fascinada
con las formas que rozan el cielo,
y
tú que miras al suelo, sabiendo cómo salvar
las catalinas,
somos
la nobleza de esta ciudad.
Él
acurrucado en cartones, y ella ebria de tinto
en
cartulina, sentada en unos sucios escalones,
son
sus altezas en esta ciudad.
Ellos
arrimando codos gastados, chato a chato
sumando
averías,
una
risa seca y tres achispadas,
son
sus excelencias en esta ciudad.
Por
eso Madrid es diferente, distinta en credo
y
en estamento, estrato, cuerpo, o categoría,
Madrid
es nuestra, lamida a lamida,
calle, rotonda y avenida.
Le
dice ¡ay ven! Al que le rinde,
y al oído o a las tripas:
Soy tuya, quédate más!
Nená de la Torriente