se
ha ido perdiendo.
Éste
de cuatro letras me lo puso
mi
hermano, y me lo han gritado
muchos
airados.
Lo
he escuchado desde lo alto
de
las cabañas
y
entre el rugido apabullante de las olas.
Estaba
en mi oído, cuando entre cálidos besos
me
lo susurraban,
y
en tantas cartas de amor de aquel soldado
que
se desesperaba en la mili.
También
he escuchado mi nombre en todos
mis
cumpleaños, largo tiempo de velas,
y en cada primavera salir de mis labios,
pidiéndome escapar a la calle
como
una flor nueva.
Por
eso,
por tantas veces dicho se ha ido gastando,
y
lo curioso es que ahora,
cuando
lo escucho sólo, sin más nada,
me
sorprendo
y
hasta me sobrecojo,
como
si se hubiera escrito
por primera vez.
por primera vez.
Nená de la Torriente