martes, 5 de noviembre de 2013

Aventúrate conmigo 
a no tener miedo. 
Crucemos el río sin pensar en el caudal 
ni en la gravedad de nuestro peso, 
concéntrate en llegar al otro extremo 
donde la orilla se perfuma con jazmín 
y limoneros. 





Quizá después te interese 
saber mi nombre 
y de las marcas de mis dedos; 
y hasta tal vez quieras conocer 
quién fui y de qué ando huyendo, 
porque todo hombre cuerdo 
siempre huye de alguien, 
de alguna cosa 
o de un recuerdo. 
Aventúrate conmigo 
a no tener miedo. 
Vayamos donde dicen
que no queda tiempo, 
atrapemos al temporal. 
Seamos el animal que se precipita 
dentro de la nube 
y ruge como la bestia que es 
sin ojos, 
y sin embargo se rompe y 
cae anegando la flaqueza y la virtud, 
viéndolo todo. 





Nená de la Torriente