-La laguna seca-
La
laguna está seca.
No
se dio cuenta por dónde se iba el agua
y
ésta corría jubilosa,
sedienta de tierra y de tallos
nuevos
y de rutas ignotas,
y
mira que seca está la laguna
llena
de grietas, diminutas muescas
cuando
te acercas.
Dicen
los que a su suelo han ido a poner la oreja
que
se la escucha gemir como madre
que no puede engendrar, que se siente vana,
e
implora que le convierta el mundo en otra cosa.
Y
allí está la laguna seca, seca la laguna,
muy
seca,
donde ahora van a llorarle todos los hombres
de
este planeta:
¡Madre
que no tengo pan, que no tengo sueños
donde
apoyar la cabeza!
¡Madre
que no tengo amor, ni tengo fuerzas
para
salir de esta gran miseria!
¡Madre
laguna buena, ayuda a mi Tano a que se
le
cure esta mala pierna!
-Ocurre
que a veces
el mundo
se resuelve
a solas-
Nená de la Torriente