lunes, 11 de noviembre de 2013

Lo que hace falta es tratar de someter
a las circunstancias,  no someterse a ellas.
Horacio


¿Dónde estabas? 
Sólo veía tu sombra entre el tiberio 
de las aceras, 
quieto, 
esperando una llamada, 
la promesa de una respuesta 
al final del camino; 
tal vez una mujer,  unos hijos, 
una casita modesta y un suelo 
sin excesos. 
Cada cosa en su sitio, 
sin grandes complejidades. 
Y así según te lo estoy contando 
bostezo. 
Eres una sombra,  no pareces 
sólo una sombra. 
¿Acaso no sabes que el hombre 
puede subir en globo 
y que hay miles de caminos, 
que a veces es bueno dormir 
bajo el manto de la noche, 
que lo cuadrado invita a romperse 
y los círculos a salir de ellos? 
¿Dónde está la inquietud del riesgo, 
la poderosa arma de la sorpresa? 
¡Qué ya tienes esto! 
¿Y? 
¿Qué podría amarrarte a la vida más 
que las propias ganas de vivir? 





Nená de la Torriente