domingo, 3 de noviembre de 2013

-Ilusiones-

Límpiate el dedo antes de señalar mis faltas.

Benjamin Franklin


Soy la ilusión de este mundo 

y amanezco al anochecer 
cuando suena un teléfono grave 
y lo descuelgo. 
Si circundo el brazo trazo 
un arco de estrellas, 
si parpadeo,  se escapan pompas 
de aire irisado con forma de corazón. 
¿Qué ilusión más remilgada y afectada, 
ridícula,  dices? 

Todas las ilusiones no se sirven en 
idénticos cuencos. 

Tu pelo desastrado, tus pantalones raídos 
y tu poesía vendida a la pseudo política 
en un afán de decir que estás luchando 
por tus libertades, 
si al menos los no señores 
pero sí políticos te pagaran, 
serías una ilusión de increíbles proporciones. 
¿Tan falsa,  afectada y ridícula 
como la mía,  pienso? 

Mírala a ella,  lleva en su vientre  
lo único que importa, 
el poema anular y rotundo, 
la ilusión más exorbitante 
exenta de todo titubeo. 
Ella ha encontrado la llave de la ilusión. 





Nená de la Torriente