jugando,
como
un pescador sin carnaza
que
se distrae con las líneas del cielo,
y
desatiende las ondulaciones del agua.
Voy
en busca de los verbos,
tan
redondos, tan multiplicados,
y
sólo veo los vientres de las madres
con
infinita maravilla,
e
imagino los pies y las manos de sus hijos
allí
adentro.
Voy
en busca de los adjetivos, y
mis
pies levantan las hojas perfectas
de
todos los jardines
¿qué
adjetivos, qué verbos, qué nombres?
Todo
eso que busco está gritando
aquí
mismo,
y
yo haciendo que emprendo búsquedas vanas.
Esto
pasa porque se me olvida
que
no somos reyes de nada, y
el
mundo es mucho más que una floresta.
-Es
esa manía de mirar a vista de lombriz-
Nená de la Torriente