domingo, 29 de diciembre de 2013

Tendremos que reconocernos 
entre la multitud, 
una multitud convulsa, 
un desagüe en forma de ombligo 
tirará de todos 
hasta convertirnos en nada,  y 
de ahí sonará el primer llanto. 





No busques,  amor, 
estate en tránsito, 
que no te lleve el sumidero, 
que nadie te encanalle. 
Vuelve a sonreír 
con todos los dientes, 
nada de media mueca 
y cuello ladeado, 
nada de monosílabos 
y frases comedidas. 
Sé siendo entero 
de palmas abiertas, 
y con los ojos cerrados 
llegaremos 
a tocarnos labio a labio. 






Nená de la Torriente