jueves, 19 de diciembre de 2013

Soy una seta. 
La seta que crece 
en el campo de una sola seta. 
Podía decir en el campo de tulipanes, 
o la seta que crece en el campo 
de tulipanes y caracolas, 
e incluso hay un par de amapolas. 




Pero he dicho que soy una seta 
que crece en el campo 
donde hay una sola seta. 
Se podría pensar 
que me hace especial ser 
única,  sí. 
Pero ser especial 
no siempre es algo bueno. 
En ocasiones ser el único 
te hace ser el rey 
de un campo, 
y en ocasiones ser el siervo 
o la mesa. 
Miradme a mí: 
Las caracolas han tardado 
tres inviernos en llegar 
hasta mi pie y ya me están devorando 
poquito a poco. 
Pronto dejaré de ser la única seta 
de un campo de una sola seta. 





Nená de la Torriente