Todo
tiene música.
Suena
a amor el deseo,
suena
a amor, y
el
amor ¿a qué suena?
A
veces se pregunta
la
que no ha crecido,
si
aquellos corazones en papel
eran
la música real del amor.
Ahora, el amor suena
a
todas las cosas juntas
en
griterío de verbena,
al
sonido irreproducible,
como
si la voz tuviera
nueve
cuerdas vocales.
Nená de la Torriente