de rojo intenso
el
retraimiento de la cobardía
se va de viaje,
precipitado.
Esa
tímida margarita
se escapa por la ventana,
semi
desnuda.
La
pasión toma lo que reclama
sin
cerrar los ojos.
No
suenan violines,
sólo son guitarras,
guitarras
españolas,
a veces desacompasadas
según
hacia donde caigan los cuerpos.
Porque
en este arte de amar
visto desde fuera
no
se distingue la pelea
del estremecimiento,
el
mordisco del beso,
el estirón de pelo
con el escalofrío más violento,
como
una noche de tormenta con una
fascinante
exposición eléctrica.
Nadie
sabe dónde saltará el chispazo
que
ya en tensión recorre el cuerpo.
Es
ese rojo, rojo intenso,
rojo vida,
rojo
rebeldía,
rojo locura de la mente
y de la piel.
Nená de la Torriente