viernes, 27 de diciembre de 2013

Mañana nos volveremos idiotas 
de andar entre tanto idiota 
que exige que se le reconozca inteligente, 
no original o rutilante estrella 
entre los para-lelos 
que hacen masa en las paredes 
de los establecimientos. 





Dame amor,  amor como lo entiendas, 
no esa bebida de novicio en nimiedades 
que no sabe ni lo que piensa, 
pero bebe de su propio elixir melifluo. 
Vanitas vanitatum omnia vanitas, 
que al querer a otro 
él mismo se está adorando. 
Dame amor,  amor como lo entiendas, 
de boca pequeña o de boca grande, 
a tragos lentos o sediento, 
sin esperar más palabras 
ni más reconocimiento 
que unos labios, 
pero nunca así, 
como el que quiere ser reconocido 
o el triste y torpe principiante. 






Nená de la Torriente