domingo, 15 de diciembre de 2013

-El del kimono ha vuelto-

Lo bello es aquello
que es inteligible sin reflexión.
André Maurois

Así decía el francés,
que aún no siendo oriental
había comido el arroz suficiente
y meditado lo conveniente.




Tanto sabio, medio sabio,
casi sabio, docto, erudito,
lumbrera, experto, sapiente,
que enterados pocos, de lo
que a hablar se entretienen.
Hay que huir del hombre
que dice de sí mismo que es
sencillo.
Agostaría un campo entero
para levantar una exposición
sobre los finados arbustos.
Hay que huir del hombre que dice
¡las verdades de frente!
Probablemente se encuentre
detrás de tu sombra, sepa lo que
ni tú sabes de ti,
y guste de perpetuar su rostro
con una gran suma de alteraciones.
Hay que huir del que dice hay
que ser serios,
porque en cualquier disciplina
hay un margen de desobediencia,
rebeldía e insumisión,
y aquel que marca tanto el acento
en las formas
le falta sin duda ingenio.
Y una vez a salvo de tanto simulado
avezado,
plato de arroz y cogitación.




Nená de la Torriente