en un acto, abuelito?
¿De dónde nace?
¿Qué cosa era la nobleza?
Te fuiste y todo fue cambiando
demasiado deprisa,
hasta adjetivar en exceso, sin
atender a pulsos.
Me pierdo y sé muy
pocas cosas.
Trato de recordar
la linealidad de tus
palabras siempre
lógicas, sencillas,
con un sentido
común rabioso.
Si me vieras
ahora,
¡yo que te iba a llevar la cachava!
Hoy dejo caer las
gafas de lectura
hasta la misma
punta de la nariz,
y me coloco la
mano
tapándome media
cara, como tú.
Mi cabeza
está llena de palabras locas,
asientos colmados de
frases,
gritos a pleno
día,
emociones que
quieren volcarse como la
mistela en las
galletas, y
no me da tiempo…
Dime,
¿quién me traerá la cachava
para que caminemos juntos?
Nená de la Torriente