miércoles, 25 de diciembre de 2013

Llegará para marcharse la luz brillante, 
ciegos un segundo,  tal vez dos. 
Los días de fiesta renuevan esa instantánea, 
el momento capturado, 
nunca el instante que por naturaleza pasa. 
Debo volver al acantilado 
a soñar que puedo escuchar las campanas, 
apoyando mi espalda 
en el pequeño recodo de piedras. 
Allí no estará ni mi sombra 
a quien poder susurrarle 
y tendré que escuchar: 

Se acabaron las preguntas niña chica, 
se acabaron las respuestas niña grande. 
sólo a un palmo de la mano,  a un palmo, 
nada más. 

Ese es todo el recorrido. 

Navidad,  natividad,  origen, 
eclosión,  principio, 
por última vez,
  
mi primer comienzo. 





Nená de la Torriente