son las de
todos los días.
Friedrich Nietzsche
Friedrich Nietzsche
Me gusta miraros,
ver
como todo lo miráis,
que
ni en llano ni en alto,
-discretos
o envanecidos-
vais
talando las cosas pequeñas
con
el aire de vuestras pestañas
como
si fueran abanicos.
Tomáis
del horizonte sus minúsculos
altozanos
y los deshacéis
en
racimos, y más allá donde imagino,
me concedéis el sosiego luminoso
de
una mirada necesaria e íntima.
Me
gusta miraros.
Vosotros
tan distintos, yo tan predecible,
me
invitáis a bailar sin lluvia bajo la lluvia.
Yo
que me creía amapola
de
un campo de nadie,
regreso
a casa empapada
para
colgarme en el tendal
junto
a la ropa aún húmeda.
Nená de la Torriente