lunes, 16 de diciembre de 2013

Las experiencias que más te enseñan
son las de todos los días.
Friedrich Nietzsche


Me gusta miraros,
ver como todo lo miráis,
que ni en llano ni en alto,
-discretos o envanecidos-
vais talando las cosas pequeñas
con el aire de vuestras pestañas
como si fueran abanicos.
Tomáis del horizonte sus minúsculos
altozanos y los deshacéis
en racimos,  y más allá donde imagino,
me concedéis el sosiego luminoso
de una mirada necesaria e íntima.  
Me gusta miraros.
Vosotros tan distintos,  yo tan predecible,
me invitáis a bailar sin lluvia bajo la lluvia.
Yo que me creía amapola
de un campo de nadie,
regreso a casa empapada
para colgarme en el tendal
junto a la ropa aún húmeda.





Nená de la Torriente