martes, 3 de diciembre de 2013


No somos enemigos,
mira mis manos, tan similares
a tus manos, y
mis ojos, dos puertas inquietantes
como las tuyas.
¿No te cansa trazar líneas con tiza?
Somos unos zotes,
miramos el movimiento de los aros
y terminamos doblando la cabeza,
y en el flamear de las llamas
acabamos seducidos.
Poco hay que nos separe
en nuestro victimario de libros,
que parecen piezas cazadas
no placeres obtenidos, engendros
a la espalda,
que debieron de ser una guirnalda de flores.
No somos enemigos
quizá nunca seamos amigos
porque nunca borro tiza con el zapato,
y con tanta herida se te escapa el yeso y el gis
sin que tus miedos se den cuenta.




Nená de la Torriente