en
libro, en misterio,
en final
en final
de
capítulo, en todo.
En
el remo por su parte más ancha
que
empuja el agua
y me ayuda a avanzar.
Te
tengo por caramelo, dulce
en
la boca, agitador de sentidos.
Llovizna
de verano que empapa
el
rostro y te susurra
estás, aún estás como gota
entre
toda esta maleza.
Te
tengo bajo el canchal
de
mis pies desnudos, esperando
verme
pasar por la grieta,
en
el aire que adelgaza
para colarse en mi blusa.
Yo
te tengo en cada tecla, y
en
cada jirón de tinta;
en
la saliva, en el sudor,
en
la memoria, en la razón
y en el sueño.
Te
tengo en zángano, en obrero,
en rey y reino.
en rey y reino.
Amor, yo te tengo.
Nená de la Torriente