lunes, 21 de octubre de 2013

Yo te tengo en maleta, 
en libro,  en misterio,
en final 
de capítulo,  en todo. 
En el remo por su parte más ancha 
que empuja el agua 
y me ayuda a avanzar. 
Te tengo por caramelo, dulce 
en la boca,  agitador de sentidos. 
Llovizna de verano que empapa 
el rostro y te susurra 
estás,  aún estás como gota 
entre toda esta maleza. 
Te tengo bajo el canchal 
de mis pies desnudos,  esperando 
verme pasar por la grieta, 
en el aire que adelgaza 
para colarse en mi blusa. 
Yo te tengo en cada tecla,  y 
en cada jirón de tinta; 
en la saliva, en el sudor, 
en la memoria,  en la razón 
y en el sueño. 
Te tengo en zángano, en obrero, 
en rey y reino. 
Amor,  yo te tengo. 



Nená de la Torriente