En
este mundo de fuerzas encontradas,
de
amor y desamor, de desequilibrios,
de
cuerdas flojas y tensas, de horcas
balanceadas
con o sin peso.
Ha
nacido sin buscarlo, sin un coito
consentido, sin un rezo, sin una suma
de
variedades en contexto.
Y
me asusta este género, este orden,
este
ejemplar, este fruto,
porque
no sé adónde va ni lo que quiere,
ni
si tiene corazón, ni si dispone.
¿Qué
clase de sensibilidad le ha nacido,
allí
donde a los viejos se nos va muriendo?
¿Qué
clase de serenidad llamará a lo que hoy
es
locura?
¿Qué
entenderá por verdad y por holocausto?
¿Cuál
será su fin de vivir, si ser feliz sencillamente
suena
tan arcaico como aniñado?
¿A
qué mundo se enfrenta, no, el mundo a
qué
joven se encara o se coaliga?
Nená de la Torriente