es
un enigma, y
que
las cosas siempre han sido sólo cosas, y
que
importas lo que importas a poquitos.
Se
me olvida que lo eterno es eterno hasta
que
acaba,
que
mañana pudo haber sido hoy y no lo
ha
sido, y
que la luna pasea por los charcos
aunque
creamos que lo grande no se junta
con
lo chico.
Se
me olvida que escribirte es mi ilusión,
no
mi paranoia,
el
refugio confiado de una niña
que siempre ha
creído en los prodigios.
Nená
de la Torriente