domingo, 6 de octubre de 2013




Se me olvida que tu nombre verdadero 
es un enigma,  y 
que las cosas siempre han sido sólo cosas,  y 
que importas lo que importas a poquitos. 









Se me olvida que lo eterno es eterno hasta 
que acaba, 
que mañana pudo haber sido hoy y no lo 
ha sido,  y 
que la luna pasea por los charcos 
aunque creamos que lo grande no se junta 
con lo chico. 
Se me olvida que escribirte es mi ilusión, 
no mi paranoia, 
el refugio confiado de una niña
que siempre ha creído en los prodigios.





Nená de la Torriente