miércoles, 23 de octubre de 2013

De nada sirve rebelarse 
con la complicidad de un mismo trago 
en dos bocas, 
porque siempre serán dos labios 
los que jugarán a formar palabras. 

Uno es lo que siente a cada rato 
hasta cuando no siente o no sabe 
que lo hace. 

No reduzco la tabla que precisa 
quién es quién 
a ese número al cuadrado 
que tú andas buscando, 
con una definición 
casi perfecta. 

Me da lo mismo, 

de nada sirve tampoco abreviar 
en grano las cosechas, 
pues hay demasiadas cocinas 
que pondrán distintos nombres 
a la misma semilla, 
hasta convertir al propio grano 
en otro grano. 





Nená de la Torriente