con
la complicidad de un mismo trago
en
dos bocas,
porque
siempre serán dos labios
los
que jugarán a formar palabras.
Uno
es lo que siente a cada rato
hasta
cuando no siente o no sabe
que
lo hace.
No
reduzco la tabla que precisa
quién
es quién
a
ese número al cuadrado
que
tú andas buscando,
con
una definición
casi
perfecta.
Me
da lo mismo,
de
nada sirve tampoco abreviar
en
grano las cosechas,
pues
hay demasiadas cocinas
que
pondrán distintos nombres
a la misma semilla,
hasta
convertir al propio grano
en
otro grano.
Nená de la Torriente