martes, 8 de octubre de 2013

-Hipo de martes-



Es una suerte haber conocido a personas 
tan creativas,  tan inteligentes y tan emotivas,  y 
también es una suerte haber coincidido con sus 
contrarias: 
Grises,  sin cerebro y con corazones de nuez; 
porque gracias a éstas últimas he sabido valorar 
mejor a las primeras. 
Viviendo,  hasta la más pequeña cosa ayuda, 
menos los disgustos, 
y que me pelee el que piense lo contrario, 
porque del llanto yo nunca he aprendido nada 
-si se considerase aprendizaje importante que el ojo 
se hace más chico,  tal vez- 
No creo que hayamos venido para sufrir,  
hemos venido para gozar,   para ser felices,  
pero somos demasiado torpes en la forma de ver las cosas, 
hasta en el modo de encararnos con la muerte. 
Tenemos cierta pasión insana en proyectar el arrebato 
hacia el dolor,  porque todo nos duele: 
Nos duele la injusticia en lugar de combatirla. 
Nos duele la pobreza en lugar de desprendernos
de lo nuestro. 
Nos duele la falta de amor y no damos 
hasta la última gota del nuestro. 
Nos duele la indiferencia pero negamos al compañero 
injustamente.  

La belleza de los seres que aman incondicionalmente 
es insuperable. 
La excelencia de una inteligencia creando es un espectáculo 
que excita los cinco sentidos,  y 
los mantiene encadenados a un amanecer único, 
al verdadero despertar de lo que es,  y 
al conocimiento de lo que no vale nada. 




 Nená de la Torriente