hombre
triste.
Vuelve
en tu viaje de regreso
al
lugar de donde saliste.
No
a las tapias de ladrillos y
a
los caminos que pisabas,
ni
siquiera a aquellos lugares
que
recuerdas como niñez.
Vuelve
a casa, a ese adentro
tierno
que aprendiste, que te vive
en
algún lugar de la memoria.
A
esa canción de cuna
que
nunca fue una canción de cuna,
sino
la sensación grata
de
una enseñanza buena,
de
un aprendizaje lógico,
de
una axioma simple, sencillo,
cargado
de humanidad.
Nená de la Torriente