poblados
de siluetas humanas,
serrar
los horizontes perdidos
en
banalidades de peculio.
Tanto
tienes, tanto vales
¿qué
has hecho para que te tengan
en lo
mucho que pesas?
Demasiado
descabezado sin cuidado
en
el alma, ni gravedad en el cuerpo.
Globos
de helio ocupando espacios.
Serrar
esas imágenes que como fotografías
inundan
nuestras calles, nuestras cocinas,
nuestra
educación, nuestra desfasada política.
Allanan
la intención escrita y la emoción
la
malbaratan,
como
moneda de cambio o billete del arte,
siempre
que quepa un ‘yo’ que lo imprima.
Hay
que serrar, como se sierra la madera
putrefacta para salvar la sana.
Nená de la Torriente