una
mente deliciosa,
un
aluvión de mariposas azules
que
me hacen reír cuando
le
siento feliz.
Tiene
una luz prodigiosa,
tan
luminosa que él no la ve
e
invade cada minúscula porción de mí
cuando
está cerca.
Para
él, estar cerca no es estar al lado,
es
estar más hondo que dentro,
más
profundo que hondo,
es
un viaje fascinante al mismo corazón
de
todo.
Su
roce es la ternura del mejor
de
los encuentros,
un
seísmo su abrazo, y
una
explosión nuclear
sólo
con la intención del beso.
Nená de la Torriente