jueves, 17 de octubre de 2013

Con los nudillos golpeo el aire. 
Son las 7 de la mañana y no ha amanecido 
¿Qué es esto? Quiero ver los colores en esa 
parcialidad matutina y me siento reina 
por un día. 
¿A caso un día es mucho para concederme?
Puedo enojarme y gritar hasta que todas 
las luces de las ventanas 
se enciendan. 
Sería un amanecer pobretón y mezquino,  
con luz amarillenta y sonidos ásperos. 
Venga… ¡Rásgate cielo como una tela! 
Que quiero ser soberana y mirar los dominios 
del día con ojos nuevos. 
No quiero ser mayor,  ni sensata, 
ni sacar el ábaco,  ni el monedero, 
tampoco el metrobús,  
mucho menos el cepillo 
‘Rómpeme el pelo’. 
Hoy sólo voy a sonreír, 
voy a deletrear al revés, 
a caminar saltando baldosas   
o zigzagueando esquinas. 
Cuando me pregunten algo serio,  
fingiré afonía con ternura
-para no herir al demandante- 
¡Ay, y  si te encontrara… 
…Te daría un beso 
de un año en los labios. 





Nená de la Torriente