Con los nudillos
golpeo el aire.
¿Qué
es esto? Quiero ver los colores en esa
parcialidad
matutina y me siento reina
por
un día.
¿A caso un día es mucho para concederme?
Puedo
enojarme y gritar hasta que todas
las
luces de las ventanas
se enciendan.
Sería
un amanecer pobretón y mezquino,
con
luz amarillenta y sonidos ásperos.
Venga…
¡Rásgate cielo como una tela!
Que
quiero ser soberana y mirar los dominios
del
día con ojos nuevos.
No
quiero ser mayor, ni sensata,
ni
sacar el ábaco, ni el monedero,
tampoco
el metrobús,
mucho menos el cepillo
‘Rómpeme
el pelo’.
Hoy
sólo voy a sonreír,
voy a deletrear al revés,
a
caminar saltando baldosas
o zigzagueando esquinas.
Cuando
me pregunten algo serio,
fingiré afonía con ternura
-para
no herir al demandante-
¡Ay,
y si te encontrara…
…Te
daría un beso
de un año en los labios.
Nená de la Torriente