jueves, 6 de octubre de 2011

EN REBELDÍA

Feliz felicidad la que nos espera, que esta humanidad ha creado sus propios cánones. Y antes de acercarse -que de suyo ya están a metro y medio del de al lado-, levantan con una vara la prenda del otro para comprobar su sexo, y si es contrario se acercan – si no es así, dan dos pasos más allá-. Supongo que esto ocurre por una sencilla y práctica razón: todo está vendido en función de la utilidad, si se saca algo vale, si no se saca se pierde el tiempo, y perder el tiempo es de idiotas. Veamos: ¿Hablar por hablar? ¿Comentar algo porque si? ¿Decir algo bueno de alguien sin esperar algo a cambio? Eso está del todo fuera de lugar.
El ser humano se ha vuelto más tosco, si cabe, que aquel otro ser humano que blandía un garrote y se tapaba con pieles donde se sacraliza la espalda. Si el tosco es un hombre y el otro tosco es una mujer, entonces quizá se acerque y le comente algo, y si es al revés exactamente igual. Siempre que haya un fin de sábana o un ‘aquel’ grato, se podrán hacer concesiones, sino para qué ofrecer opiniones y dar gratuitos halagos a géneros comunes. No nos engañemos. Esta sociedad esta llena de trogloditas vestiditos de sensibilidad encubierta, de uñitas pintadas de color tan natural que es imperceptible, y de falsos tics de modestia que ocultan egocentrismos aberrantes que matarían al propio Napoleón.

Nená

2 comentarios:

  1. Jajajajajajaaja. Pues.... sin fines de sábanas, este tosco hombre comenta a la princesa que sus últimos poemas son magníficos.
    Levanta rebeliones y siguen dando pan a quien no tiene.Te leo y te sigo.....tengo hambre.
    Un beso

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  2. Gracias, mi inteligente y precioso hermano.

    Nená

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