Ve
y cierra los ojos.
En
las orillas crecen flores amarillas
que
consumirán las horas en amaneceres,
tarde
se acuesta el sol para ellas
que
guardan su color en ese vestido
de
piezas casi idénticas.
Ve
y busca una loma bien alta.
Ellas
han inventado un camino,
un lugar íntimo
donde
buscarse a solas y encontrarse a solas,
sin
la cercanía ni la lejanía de las respuestas
¿Las
has ganado en tu afán de conservarlas?
No
les has ofrecido un vaso de agua,
las
colocaste silentes en la memoria
como
quien clavetea los pies de un corredor.
Llevan tu nombre,
no podrá con ellas el calor de agosto
ni su seca devastadora.
Ve y abre los brazos.
Descansa.
Nená
de la Torriente