Qué
no te diría.
Desierta
mirada de hombre
que
ha dejado de creer como el que creía.
Tal
vez pienses que nadie se ha dado cuenta.
Que
aquellas palabras untadas en mantequilla
y
miel –olor a desayuno en sábanas-
de
que la poesía era de todos,
de
que uno era un hombre libre,
se
libraron al flambeante sofoco de hogueras altas
y
de tormentas que prometían
ser
mucho más feroces.
Aquí
manda el papel y la ilación del trueque
y
yo sigo envejeciendo muriéndome de risa
o
llorando hasta verme cómicamente pantanosa.
No
te repruebo,
que
cada uno coloca las piernas
en crucetas oportunas
para no verse de prono contra el suelo,
y
dirá 'con esto hice qué
o
llegué a la luna',
pero
viniendo de ti todo me parece
como debe,
y más que atinente.
como debe,
y más que atinente.
Nená de la Torriente
(Apunte: Desde que he leído a Irene X mi comprensión de lo que es literatura ha cambiado)