D E C E P C I Ó N
No
debes asumir que te aman,
del
mismo modo te abandonarán.
No
escuches a un hombre que desea
ponerse
de rodillas junto a tu vientre,
su
instante llega medido por la forma,
por
el anhelo de sentirse amante.
No
pedirás nada,
extenderás
las manos y ofrecerás
cuanto
tengas.
Cuando
todo te lo hayan gastado
en
sonrisas pobladas por moscas,
mirarán
más allá de su propio espacio
y
se darán cuenta de que el mar se hallaba
demasiado
lejos,
que
construyeron su pasión levantando
la
arena como lo hacen las olas
con
cada golpe que se precipita y muere
en
tantas orillas blancas.
Nená de la Torriente