viernes, 20 de junio de 2014

Inútiles palabras



No siempre las palabras nos sirven.
A menudo no llegan donde las enviamos y
los recados se burlan de nosotros
con otros vestidos que ni hubiéramos imaginado.
Son insuficientes si quieres armarte con ellas,
si es el único puente que utilizas para cruzar
a través de las cosas, para estrechar la mano,
para que te crean.
Cuántos han creído ver sentimientos donde
no los había y nos han alejado descortésmente,
y cuántos otros nos han acercado creyendo
que les estábamos llamando y no era así.
Algunos se han sentido atacadas, referidas,
señaladas con el dedo y ha sido toda una sorpresa,
como aquellos que hemos querido hablar
y jamás nos han escuchado con esa atención
que pretendíamos.
Las palabras solas no sirven.
Es jugar a que jueguen,
ellas tienen el ronzal y las bridas
porque no nos pertenecen y una vez libres
se dislocan, provocan miedo, excitan,
se dicen qué pensarán los demás,
forjan deseos, creando mundos infinitos.


Nená de la Torriente