viernes, 13 de junio de 2014

Ya no...

Ya no raspa las patas el escarabajo, 
porque le han dicho que a morir se viene 
boca abajo. 
Ya no presume de soberbia elegancia 
la serpiente, 
porque muda la piel como cualquier bestia. 
Ya no sonríe el corazón que amaba a todos, 
porque sabe que todos no significa nadie. 
Ya no se detiene el agua en los pies bonitos, 
porque éstos dejarán la edad en la roca. 
Ya no piensa aquel que tanto pensaba, 
porque perdió el corazón entre dos axiomas. 
Ya no puedo escribirte aunque te quiera, 
porque aprendí que el amor no salva la memoria. 
Ya no escuchan los pájaros del monte, 
porque al monte le han crecido muchas casas. 
Ya no llora el sauce por los condenados, 
porque ya los acogió entre sus hojas.




Nená de la Torriente