Tanto pensador de tijera
no deja al verso respirar…
Andarás
y dirán que estás bailando.
Tú
escribe.
Verás
como la luna, en su timidez extrema,
ha
sabido convivir con el sol
algunos
días claros,
te
llamarán cándido y extremadamente
sencillo.
Tú
escribe.
Mirarás
las cosas y las nombrarás por el nombre
que
quieras darles,
¡oh, será un síntoma inequívoco de vanidad!
Tú
escribe.
Creerán
que vacías tu corazón
y
no entenderán que no es un diario de tus cosas.
Tú
escribe.
Madre
y padre no lo verán productivo.
Tú
escribe.
Aquel que crea estar mal reconocido
detestará al valiente
que
no tema que le cocinen.
Tú
escribe.
Y
cuando no te acepten en ningún lugar por escribir
distinto, por hablar a solas,
por
pronunciar tu nombre,
por
no temer a los hombres ni al diablo,
escribe
hasta que te sientas extenuado
hasta que aprendas a reírte de ti mismo.
Nená de la Torriente