domingo, 8 de junio de 2014

Fe


Cuando la vida deje de maltratar 
al inocente yo tendré fe. 

Fe en que todo puede ser justo todavía, 
que el hombre aún puede darse cuenta de algo, 
abandonar el plástico 
que tiene por corazón arrendado, 
que sigue lavando cada día 
como si fuese un regalo, 
que le hace diferente 
a un tronco o a una seta. 

Cuando los hombres dejen de maltratar 
al inocente yo tendré fe. 

Los mismos hombres que se creen agraviados, 
porque en su sensibilidad 
han contemplado miles de horrores, 
son los manipuladores y los bárbaros 
que harán la brecha en otros inocentes, 
como la siembra más natural de este mundo. 





Nená de la Torriente