martes, 6 de septiembre de 2011




¿Qué reflejo quedará
de su agujero profundo,
en este cielo sin estrellas?




Un día su deseo fue trascender,
difundirse, propagarse
como una luz desmedida,
fulgente como ninguna estrella.
Vivir es mucho más que respirar:
es ser pájaro, tiburón y león bizarro,
también pez, para olvidar deprisa.
Y el tiempo pasa, cruza sin tregua,
estrecha los días hasta asfixiarlos
y cada jornada nos devuelve un aliento
enfermizo, sin oxígeno,
dueño de nuestros propios pulmones.
Pero él jamás resultó indiferente
para nadie.

Nená

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