Un poco más.

Dame ese resto que derramas,

lo que llevas en la cesta.

No sabemos

lo que arrojamos

al contenedor de sobras,

como un despojo más,

siendo riqueza para otros.

Afectos deshojados

como margaritas,

por niñas en brote

con arrebato o desgana.

Un abrazo reservado

guardado en el colchón,

besos evaporados

por no darse.

Caricias

que no entregaste.

Cartas

que por falta de valor

jamás enviaste,

cien te quieros

que te parecían ñoños,

o miradas tiernas

que suponías ridículas.

Todos esos recortes

que languidecieron,

no los tires al vertedero.

Deja al menos

que otro los resucite,

porque quizá le urjan

y se obre el milagro.

Nená