lunes, 19 de septiembre de 2011


Soñó que el cielo eran madejas de lana,
pompones de animadora,
colores empujándose como nubes orondas,
invitándole a entrar a jugar con ellas.
Soñó que olía a dulce de manzana,
que la brisa era cálida y melosa,
un lugar ligero con sensación de hogar.
Soñó que podía dormir seguro,
que no tendría frío nunca,
que jamás sentiría miedo,
que ella estaba a su lado.
Y sintió el calor de la chimenea,
el chisporroteo de la leña al quebrarse,
el dulce roce de la lana en su cara
y no quiso despertar.

Pi pii piii piiii
Son las 7:45


Nená

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