lunes, 5 de septiembre de 2011




Me duele Madrid.
Este Madrid que encuentro
igual que el de ayer, rápido y violento,
bello, emprendedor, hospitalario.



Pero este Madrid no está vivo.
Extraño las sonrisas, los gestos,
pequeños guiños de humanidad
que ayer tenía.
Está lleno de 'correcaminos'
con carteras sobre el pecho,
les sonrío y se apartan, como se alejan
los más lentos.
No respira Madrid, no como antes.
Mi espléndido Madrid,
sigues siendo el más hermoso,
pero pareces un príncipe dormido
esperando un beso de amor sincero.

Nená

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