jueves, 22 de septiembre de 2011

Retoques no, reformas.
Cortaría un trozo de calle
que vaya de tu casa a la mía,
la distancia del beso,
la envidia.


Cortaría el hilo de los celos,
la voluntad del egoísta,
las malas lenguas,
los gestos rudos.
La multitud de viles formas
que no sólo ven
los perfeccionistas.
Un corte horizontal
–con mano firme-
para el pérfido propósito.
Vertical, para la fraudulenta fe
mal vendida.
Seccionar sin galardones,
cada uno de los tallos
que sin amor nos porfían.
Y recortar con todos los honores,
aquellos otros que con amores,
ahora buscan vivir su vida.
Cambios, no retoques,
hacer enmienda y reedificar.

Nená

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