Penetrar las horas con amnesia
es un vía crucis incontable
lleno de letras rotas.
Alguien me dijo una vez:
Cuando alguien sea muy cruel contigo
y aún así tú le aprecies,
escríbelo en una hoja.
No lo comprendí.
Comban los años y ahora comprendo
muchas cosas,
todo se olvida, todo.
Se olvida el aire furtivo
de la mañana fría camino del metro.
Se olvida el miedo al examen,
el peso de la carpeta sobre el pecho
ocultando su crecimiento.
Los pies pisándose por vergüenza,
el rubor por esa mirada
que tanto deseaste.
La primera curda
que tanto dio que contar;
todo eso que siempre es otro
el que te lo recuerda,
y hace que te sientas extraña
en tu propia holgura,
porque se vuelve insignificante.
Nená
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