martes, 13 de septiembre de 2011


Hay cosas que parece que son
para ser de un modo,
siendo muy distinto su propósito.
Así se escriben poemas
como versos de amor,
que nos venden ira con términos fecales
innecesarios y juveniles,
como un acné molesto
o una rabieta consentida.
Y no es por edad de almanaque es la forma de acopiar y cerrar armarios.

Dirán: ‘conjugo el verbo trasgredir’,
y lo entiendo.
Pero decir mierda, joder o cabrón,
es decir cabrón, joder y mierda.
Atropellar, vulnerar, ir más allá,
contravenir y hacer pensar
no es sólo escribir una palabra
que levante la mano sobre los labios,
es atravesar una idea
sobre esa otra opinión
que se opone a ser ensartada.
Las bicicletas sirven para circular
-mira que simpleza-
Pues no, también son un perfecto macetero.
-No ha cambiado el mundo,
quizá una ínfima sorpresa.
Ah, y no he dicho mierda-

     Nená

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