viernes, 2 de septiembre de 2011


Las costumbres se rompen
con el vuelo de una mosca,
la caída de una taza de té caliente.




El hombre es una emoción no descrita
sin fin aparente.
Hoy si, te conozco desde siempre;
ayer un loco, un estúpido
incomprensible, un vacuo.
Uno se cansa de tanta pirueta,
comprendo al eremita,
que se va a la cueva 
y se pierde.
Uno es un ovillo
incómodo,
dos una disputa,
tres una guerra
ridícula y a veces cruenta.
Yo mido los días en cansancios.
Definitivamente:
tengo que cambiar de pauta.


Nená

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame